No hay perros guardianes, solo un mito sobre el poder
DOI:
https://doi.org/10.35588/rp.v1i14.4756Palabras clave:
Mito, produccióndeverdad, identidadResumen
Durante décadas el mito periodístico ha servido para explicar la profesión, dotarla de sentido, identidad y legitimidad; otorgándole así un rol dentro de la sociedad. Bajo el ideal de “cuarto poder del Estado”, “perro guardián de la democracia”, el mito ha instalado valores éticos que han normado las prácticas y actitudes profesionales. Sin embargo, la realidad da cuenta de una distancia entre aquel ideal y el ejercicio periodístico; una dicotomía entre el mito y la práctica. El presente ensayo propone que aquel problema radica en el mito, en una construcción enunciativa que teóricamente presenta una imposibilidad práctica, pero que establece una relación de poder que limita y norma las actitudes periodísticas, instalando principios éticos como verdades absolutas y doctrinarias. Por lo tanto, nos proponemos cuestionar los mecanismos de producción de verdad presentes en el mito; aquellos que fijan un orden de relaciones, en cómo el periodista debe entender y ejecutar su profesión.