CORMA 2007: Aduana
DOI:
https://doi.org/10.35588/v3tt4k61Resumen
Yo sentía un poco de malestar en el estómago, mientras tú no dejabas de hablar de arquitectura y de cuán fascinado estabas por ella. Entonces, recordé por un instante esos aburridos programas de TV que discuten sobre la arquitectura, la ciudad y distintos lugares. A mi me da rabia, porque los temas encantan, pero ese maldito y latero lenguaje televisivo, que solamente los que lo dictan lo entienden, destroza toda esa belleza armada. Y ahí recaía el asunto divertido: tú, como todos ellos te hacías preguntas complicadas acerca de esas temática constructiva que tanto encendía tu mente. De pronto, el bus bajó la velocidad. Intenté mirar a través de mi ventana, pero ésta estaba completamente empañada.Descargas
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